miércoles, 15 de marzo de 2017

El año sabático


Un año sabático que da para muchas cosas, sobre todo para recuperar el tiempo perdido, que nunca lo es. Mucho ha llovido desde aquel mes de marzo del 2006, donde decidí sacar fuera todo lo que dentro me golpeaba. Ahora me ocurre al contrario, necesito guardar dentro todo lo que me ocurre fuera, que es mucho. Sigo observando la vida pasar con pasión y con algo más de prisa, mientras la poquísima gente de mi alrededor sigue preguntándome cuando duermo. Me enamoré de la vida, aunque a veces duela, de Valle Inclán, quien ocupa el fondo de pantalla de mi ordenador y del viento, que se llevó de mi vida todo aquello que me sobraba. La dama ya no se esconde, demasiada gente me sigue llamando así cuando me ve por la calle y eso, es  motivo de sobra para volver a esta bitácora de lo cotidiano, lo especial, lo que atrae a las historias que me piden ser contadas. Quien guste, que me lea, colaborando a seguir haciendo real ese mágico efecto de provocar la catarsis que es escribir para desconocidos en este blog que ya, cumple diez años. Nada hace más feliz a esta soñadora de azoteas, filóloga en proyecto, rockera de barrio, bética y ciclista urbana que poder escribir, porque las letras encadenadas son la verdadera libertad para aquellos que solo sabemos encontrarnos bien por escrito.
Sed bienvenidos.

2 comentarios:

  1. Hola querida Dama, me alegra que vuelvas a este tu ventanal de sueños, tu amigo pinkfloydiano que te ha echado mucho de menos.Un beso.

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    1. Muchas gracias, de corazón. Sigo buscando la cara oculta de la luna por entre mis sueños, espero encontrarla!!
      Un beso muy grande!

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