jueves, 26 de febrero de 2015

El dependiente


Llevo varios días intentando escribir una entrada sobre algo que me pasó hace poco, pero solo me sale dejar por escrito lo que me duele tener que sacar a alguien de mi vida. Y una vez hecho, porque ya está hecho, ya que se acaba de quedar en esa frase, recurriré a la entrada, y a la música, que es lo único que verdaderamente permanece sobre las personas, y su autenticidad o su falsedad.
Buscaba un regalo especial de cumpleaños para alguien todavía más especial. El día comenzaba y yo iba directa a esa tienda de la calle Amor de Dios donde venden camisetas alucinantes de grupos musicales, la misma donde encontré de casualidad, mi joya de Led Zeppelin que todo el mundo confunde terriblemente con los Beatles y que tanto me gusta. Me esperaba el fascinante mundo del Renacimiento Literario Español en una clase maravillosa, otra de tantas, e iba con el tiempo justo. Amarré la bici en una señal de ceda el paso y me di una vuelta para que el dependiente, que no era el de siempre, y quien ya de por sí me cedió el paso, no me viese esperar cómo levantaba la persiana metálica y mucho menos, cómo le miraba hacerlo. En la esquina me encontré con alguien, que me facilitó la espera y la mirada de remanguillé, con quien mantuve una conversación trivial de unos diez minutos, tiempo suficiente para que en la tienda, que ya estaba abierta, se colase el primer cliente. Nada más poner un pie en su interior me sorprendió ver al fondo la camiseta que estaba buscando, una música maravillosa y el dependiente, como perfecta ilustración de todo lo que estaba viviendo. Camisa de cuadros, barbas, argolla, bigote, ojos claros, coleta larguísima y un cierto parecido a la estética sureña y rockera de los "Allman Brothers".
Le miré, como yo miro cuando quiero mirar cuando yo quiero mirar, y le pregunté por la talla de una camiseta donde Silvio, desafiante, miraba con su cigarro omnipresente. Me miraba, le miraba, y Silvio asistía ajeno a todo mientras de fondo se colaba una música que nunca antes había escuchado.
En el mostrador, mientras me miraba, y yo le miraba, hablábamos de quien sonaba, cuya portada me mostraba, en blanco y negro;

- Me recuerdan a alguien...
-  A los Allman Brothers, quizás?
- No, son como más auténticos. Es un grupo que sobrevivió a esa época, como eternos hippies ...

Y cuando mencionó su nombre, Grateful Dead, yo recobré la memoria, y me sonreí pensando en las cosas que me pasan dignas de ser contadas. En el ticket llevaba el nombre del grupo, que no eran los Grateful, del disco, y de una canción que ya, va a unida a un momentazo de mi vida, "Smoke big factory", The Guess Who, disco "Rockin".
Al despedirme, con una sonrisa alucinante, me deseó un buen día, porque empezar un día con una buena canción, ya era muy importante, y no sabía la razón que llevaba...